miércoles, septiembre 03, 2014

Awesome Mix Vol. 1

A toro pasado y con las cifras de recaudación delante es muy fácil sacar conclusiones sobre el éxito de “Guardianes de la Galaxia”, pero lo cierto es que el riesgo en la apuesta de Marvel Studios con esta película sólo tenía un precedente: la primera cinta de “Iron Man” dirigida en 2008 por Jon Favreau, y que dio origen al fenómeno cinematográfico marvelita. Y tal vez ni eso, porque no es lo mismo tener a Robert Downey Jr. (que por aquel entonces no era la super-estrella que es hoy, pero sí un actor de cierto prestigio) interpretando a Tony Stark (personaje poco conocido por el gran público, pero muy querido por una base de fieles lectores de tebeos), que a Chris Pratt, Zoe Saldana y Dave Bautista (Vin Diesel y Bradley Cooper sólo prestan su voz) dando vida a un grupo de héroes absolutamente secundarios dentro de la mitología de la editorial, apenas conocidos incluso por lectores con miles de viñetas a sus espaldas (como es mi caso).


Para más inri, estos Guardianes ni siquiera son los originales, creados por Arnold Drake y Gene Colan en 1969, sino la encarnación más reciente del equipo, reunida por Dan Abnett y Andy Lanning en 2008, y que actualmente goza de una coyuntural colección regular, mejor dibujada (por Sarah Picchelli y Nick Bradshaw) que escrita (por Brian Michael Bendis). Pero, pese a un reparto (a priori) discreto, a un director sin un gran éxito precedente (su anterior film, “Super”, ni siquiera se estrenó en los cines españoles) y a estar protagonizada por unos personajes que casi nadie conoce, “Guardianes de la Galaxia” ya es la película más taquillera del 2014 en EE.UU., y lleva más de 500 millones de dólares recaudados a nivel mundial.


Las razones de este triunfo comercial pasan, tal y como apunta Octavio Beares en su acertada reflexión, por la imagen de marca: el logo de Marvel, la sola mención del nombre de la compañía, vende. Hasta el punto en que, pasado el esperadísimo estreno en 2015 de “Los Vengadores: la Era de Ultrón” (que lo va a petar, no hace falta ser adivino para saber eso), estoy convencido de que tanto “El Hombre Hormiga” como “Doctor Extraño” serán sendos taquillazos por la misma razón; porque formarán parte de la filmografía de Marvel Studios (irregular, cierto, pero con unas coordenadas artísticas y comerciales muy claras) y el público, tanto el lector de comics de toda la vida como el que nunca ha hojeado un tebeo de Thor o del Capitán América, está encantado con este universo cinematográfico y con sus múltiples ramificaciones y secuelas. De hecho, a estas alturas a Marvel lo de publicar comics se la debe traer bastante floja, vistas las cifras de ventas de sus cabeceras y el número de espectadores que pasan por caja en el estreno de sus películas.


Como cinéfilo, sin embargo, el éxito o el fracaso comercial de “Guardianes de la Galaxia” es algo que no me quita el sueño. Lo que me concierne en última instancia es que la película me dé lo que le pido a esta clase de producto: mucha acción, muchas risas, buenos efectos especiales, unas gotas de épica y un poco de ternura. Y ahí, “Guardianes de la Galaxia” cumple.


La película narra la primera aventura conjunta de unos forajidos estelares de medio pelo, a caballo entre la tripulación de la Serenity (no es casual que Joss Whedon sea el gran hombre de Marvel Studios a nivel creativo) y los contrabandistas galácticos de George Lucas (la relación Rocket/Groot bebe directamente del modelo Han Solo/Chewbacca), reunidos por una carambola del destino en torno a un artefacto de poder inimaginable (Arca de la Alianza style) que diferentes facciones están buscando por todo el Universo. El diseño de producción remite por momentos al “Star Trek” de J.J. Abrams (sobre todo en la parte que transcurre en el planeta Xandar), y el héroe principal de la función, Peter Quill, es un aspirante a Indiana Jones (con mucho del Philip J. Fry de “Futurama”) que vive inmerso en la nostalgia por los años 80 de su infancia robada. Lo cual justifica, por cierto, una de las selecciones musicales más bizarras y divertidas que se recuerden en una película de ciencia-ficción, alcanzando niveles tarantinianos de delirio pop.


Awesome Mix: ensalada de referencias, ninguna especialmente original, que cristalizan en un guión que se toma muy poquito en serio a sí mismo (difícil que fuese de otra manera, cuando uno de los personajes más carismáticos del film es un mapache parlanchín), y que podría haberse precipitado directamente al abismo del ridículo si no fuese porque James Gunn afronta la escritura del libreto y la dirección el film como un trabajo autoral, unificando elementos bajo un sello personal (o todo lo personal que puede ser un proyecto gestado bajo las directrices de Marvel Studios) y haciendo que el conjunto funcione como un reloj suizo. O casi: porque, pese al entusiasmo, hay un par de aspectos de “Guardianes de la Galaxia” que no me terminan de convencer.


En su intento de encajar la cinta en la cronología global del universo cinematográfico marvelita, Gunn presenta a un villano unidimensional (Ronan el Acusador) siempre a la sombra de la gran amenaza encarnada por Thanos (que asume aquí el rol pasivo del Emperador Palpatine en “El imperio contraataca”), y se queda corto a la hora de contarnos quiénes son estos malosos tan temibles y por qué actúan como actúan. Yo, como lector de tebeos, conozco a Thanos, Ronan y (en menor medida) a Nébula, pero al espectador que no ha tenido contacto previo con la rama galáctica de los comics Marvel la información ofrecida (los Kree, los Nova Corps, los Celestiales, las Gemas del Infinito...) podría parecerle confusa. Y no debería ser así, en la medida en que “Guardianes de la Galaxia” se postula como la más autocontenida de las cintas de Marvel Studios desde la mentada “Iron Man” de 2008.


Tampoco tengo claro que cualquier espectador ajeno a la mitología marvelita vaya a entender los motivos de la abducción de Peter Quill por parte de Yondu y su tropa de saqueadores: es algo que se merecía un mínimo flashback explicativo (otro más, quiero decir), al igual que la infancia de Gamora, pero cuyos motivos apenas se dejan entrever en un par de diálogos. Para eso están las secuelas, dirá alguno, pero yo no me quejo tanto de que la información sea insuficiente (lo es en la medida en que está dosificada intencionadamente) como de que los datos que sí están ahí no están todo lo bien presentados que deberían.


Son fallos menores, y perfectamente olvidables cuando la peli se mete en harina (los chistes, las explosiones, los hits musicales de los 70 y 80), en un conjunto tremendamente ágil: dos horas de metraje totalmente magras, repletas de frases divertidas, escenas de acción bien rodadas (algunas mejor que otras, es cierto) y personajes carismáticos (difícil elegir un favorito entre los cinco tripulantes de la Milano... bueno, vale, Groot). Y en medio de todo ello, dos momentos dramáticos muy potentes que elevan al film desde su autoconsciente condición de parida galáctica de gran presupuesto hasta inesperados niveles de emoción y lirismo.


Al igual que “Capitán América: el Soldado de Invierno” hace unos meses, “Guardianes de la Galaxia” no es la mejor película de Marvel Studios hasta la fecha porque antes existió “Los Vengadores”, clímax indiscutible (por ahora) del fresco super-heroico de la compañía. Tampoco logrará hacerse con el título de blockbuster del verano, ya que compite con un film de ciencia-ficción (de intenciones muy distintas) que se me antoja superior: “El Amanecer del Planeta de los Simios”. Pero eso no significa que la película de James Gunn no haya cumplido con las toneladas de hype que su abrumadora campaña de marketing había logrado despertar. O que, no siendo la película perfecta, sí sea la que yo quería ver cuando pagué la entrada del cine.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo lo expondré de un modo muy claro: hacía MESES que no salía del cine con la sensación de que ha valido la pena pagar el atraco al entrar.

Mi amigo "Starky" es un íntimo, pero Groot acaba de echar raices en el Top Tree (¡¡¿¿lo pillais??!!) de los mejores Marvelitas.

Jero Piñeiro dijo...

Anónimo/a: tal y como está el precio del cine, me alegro de que "Guardianes de la Galaxia" te haya devuelto la satisfacción de ver una película en pantalla grande. A mí no es, desde luego, la única cinta que me ha llenado lo suficiente como para no arrepentirme de haber pasado por taquilla (tal y como digo en la entrada, "El Amanecer del Planeta de los Simios" me gustó un poco más, pero sí reconozco que no es habitual que el cine reciente de fantasía y acción consiga divertirme del modo en que lo hacen estos "Guardianes". Me gusta el juego de palabras ;) Un saludo.