sábado, enero 26, 2013

La caza del hombre

El título original de la última película de Kathryn Bigelow, “Zero Dark Thirty”, es un código militar que significa “30 minutos después de medianoche”. La cinta, que en España ha sido traducida como “La noche más oscura”, narra los esfuerzos realizados por la inteligencia norteamericana para capturar a Osama Bin Laden durante los diez años transcurridos desde los atentados del World Trade Center hasta la muerte (según la versión oficial) del enemigo público número uno. Oh, perdón: spoiler.


Para estructurar esta investigación sobre el paradero de Bin Laden, Bigelow y su guionista Mark Boal se sirven de un personaje central, Maya, magníficamente interpretado por Jessica “hasta en la sopa” Chastain. Su función dentro del relato es utilitaria (estar donde la historia lo requiere para así poder mostrársela desde su perspectiva al espectador) y metafórica: la joven agente es un instrumento de la CIA carente de personalidad y definido únicamente por su objetivo. Maya no es la perseguidora de Bin Laden, sino la persecución hecha carne. Y a cualquier precio, sobre todo moral.


Polémica desde su concepción, “Zero Dark Thirty” arranca reconociendo abiertamente los brutales métodos de tortura empleados por la CIA para interrogar a los presos (supuestamente) relacionados con la red terrorista de Al Qaeda, lo que no deja de ser un punto a favor de la imparcialidad del film. Bigelow y Boal no juzgan las prácticas de la inteligencia estadounidense; no las encubren ni las defienden. Prefieren que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones. Por supuesto, el hecho de que la caza de Bin Laden sea finalmente fructífera añade matices profundamente maquiavélicos al asunto: sería muy fácil criticar los métodos de tortura si con ellos no se hubiera llegado a ningún lado, pero ¿merece la pena emplear la violencia de un modo tan monstruoso si eso conlleva la consecución de un objetivo ansiado por trescientos millones de estadounidenses?


Con el fin de salvaguardar esta pretensión de objetividad, Bigelow minimiza las florituras narrativas y adopta un tono casi documental, dejando que sea el sobresaliente ejercicio de montaje el que articule la narración e imprima ritmo al relato. “Zero Dark Thirty” es todo lo fría y aséptica que las circunstancias requieren, lo cual por momentos la convierte en una película hermética. Desde luego, es uno de los films de espías con menos glamour que un servidor recuerde, y también posiblemente por ello sea el más creíble. Su clímax llega con la presentación casi en tiempo real de la operación nocturna de infiltración en la casa/fortaleza donde se esconde Osama: una larga escena de acción en modo “Call of Duty” narrada con precisión quirúrjica y que logra que uno contenga la respiración hasta prácticamente el final de la cinta.


Son méritos más que suficientes para reconocer en Bigelow a esa directora valiente y talentosa que gran parte de la crítica consideraba merecida candidata a la estatuilla en la próxima ceremonia de los Oscar. A “Zero Dark Thirty” yo sólo puedo hacerle un reproche; el mismo, curiosamente, que ya empañaba mi valoración del anterior film de la ex de James Cameron, “The hurt locker (En tierra hostil)”: su cine es un subidón de adrenalina técnicamente impecable, pero carente de corazón. Con el tiempo, esta película quedará en el recuerdo como un ejercicio de estilo sobresaliente, pero difícilmente tendré ganas de revisarla para sentir lo mismo que la primera vez. Porque sentir, lo que se dice sentir, zero.

5 comentarios:

José M. García dijo...

El título español es: "La noche más oscura" Ya he visto varias equivocaciones así, lógico al haberse estrenado el pasado año una película que sí se titulaba "La hora más oscura".

En cuanto a la película, sin duda, y como dices, valiente y con pretensiones de objetividad que resulta más incomoda que si se hubiera posicionado claramente. Un nuevo ejemplo del talento de la gran Bigelow que, eso sí, está recogiendo todo tipo de aplausos y galardones cuando, ay, está haciendo su cine menos interesante.

Un saludo.

Jero Piñeiro dijo...

Int: muchas gracias por la corrección. Ya he puesto bien el título. Creo que deseché "La noche más oscura" porque me recordaba demasiado al crossover homónimo de DC Comics y me sonaba raro. Reconozco que no he visto todo el cine de Kathryn Bigelow, pero de las películas que sí he visto mi favorita de largo es "Días extraños", que curiosamente pasó bastante desapercibida entre el gran público.

David GB dijo...

'Días Extraños' fue lo mejor de ese pseudo auge del cyberpunk que hubo a mediado de los 90 (Johnny Mnemonic, Gattaca y algunas serie B), pero todas compartían un mismo problema: mejores ideas que realización. Y aunque fue una buena película que, ciertamente, no gozó de mucho marketing, decir que 'Días Extraños' es mejor que 'Zero Dark Thirty' es fiarle mucho a la nostalgia o ser muy fan del género, ¿no?

José M. García dijo...

No sólo "Días extraños me parece mejor, sino que "Los viajeros de la noche", "Acero azul", "Le llaman Bodhi" y la mencionada película con Cameron me parecen, para mí, claro, muy superiores a "En tierra hostil2 y "La noche más oscura".

Desde luego, no tienen un guión tan trabajado, pero Bigelow luce un pulso narrativo de puro nervio, adrenalina pura. Sobre todo "Días extraños" en la cual, a pesar dle muy flojo guión, visualmente es una montaña rusa sensorial impresionante.

Y no es nostalgia. Las tengo bien recientes.

Un saludo.

Jero Piñeiro dijo...

Yo hace mucho que no reviso "Días extraños" (igual la última vez que la vi fue en 2002 ó 2003), así que no sé cuánto pesará la nostalgia en mi juicio (el amor al género no, desde luego, porque no me considero un abanderado de la ci-fi). Aún así, la recuerdo entretenidísima, con un planteamiento muy interesante y bien realizada. Con nervio, como dice Int. Pero hablo desde el recuerdo, así que estas afirmaciones tienen que cogerse con pinzas... No le seguía la pista a "Los viajeros de la noche", pero entre la sinopsis y el nombre de la directora, creo que puede gustarme.