lunes, julio 09, 2012

¿Amazing?

La primera pregunta lógica ante un reboot cinematográfico debería ser: ¿es necesario? En el caso de “Batman”, por ejemplo, yo lo vi bastante claro. Poco se podía salvar de la franquicia iniciada por Tim Burton y llevada a cotas inimaginables de estupidez kitsch por el inefable Joel Schumacher. Ergo, el reboot parecía una buena idea. En el caso de “Superman”, dadas las circunstancias, es probable que también (y eso que a mí me gustó “Superman Returns”), y por consiguiente en menos de un año veremos una nueva versión de la gran S dirigida por Zack Snyder y producida por Christopher Nolan. “Fantastic Four” y “Daredevil” me parecen buenos ejemplos de franquicias que necesitan un lavado de cara antes de ser nuevamente presentadas ante el público.

Pero… ¿“Spider-man”? ¿En serio?

El héroe viste ahora un uniforme más... ¿moderno?

Con todo, una vez el reboot está en marcha, esa primera pregunta deja de ser relevante y otra distinta se impone: ¿es dicho reboot, independientemente de su necesidad, una buena película? Con “The Amazing Spider-man” ya en cartelera, hablar de la trilogía arácnida dirigida por Sam Raimi en la década pasada no tiene demasiado sentido. La saga hace tábula rasa con nuevos intérpretes, nuevo equipo técnico y nuevas aspiraciones: darle al amistoso vecino marvelita una pátina de oscuridad, introspección y romanticismo teenager (por mucho que estos tres aspectos puedan parecer irreconciliables) que lo acerque tanto al público maduro que babea con las aventuras de “El caballero oscuro” como al sector juvenil que no se pierde cada nueva entrega de la saga “Crepúsculo”.

Garfield y Stone en un remedo comiquero de "Física o química".

A tal efecto, se contrata a un director con poca experiencia y fácil de manipular, Marc Webb (artífice de la entrañable “(500) days of Summer”), a un par de jóvenes actores prometedores (Andrew Garfield, visto en “La red social” y “El imaginario del doctor Parnassus”; Emma Stone, conocida por su trabajo en “Bienvenidos a Zombieland”, “Crazy Stupid Love” y “Criadas y señoras”), a otros tantos veteranos que den empaque al reparto (Martin Sheen y Sally Field, curtidos en mil y un rodajes) y se mete todo en el recombinador neogénico del doctor Curt Connors a la espera de que el coctail resultante sea algo remotamente parecido a lo que el estudio necesita para reflotar una saga que nunca se había hundido en taquilla.

Ilógicamente, Spider-man se pasa casi toda la cinta a cara descubierta.

Y tal vez el estudio esté satisfecho con el engendro final (las crifras de recaudación tendrán la última palabra), pero es difícil que “The Amazing Spider-man” se gane el beneplácito del cinéfilo mínimamente exigente. Carente de personalidad dramática o estilística, la cinta parece escrita por un autómata al que se le hayan facilitado unos parámetros muy específicos que en el film aparecen hilvanados de un modo caprichoso y naïf. Diálogos de besugo, situaciones incoherentes, personajes desdibujados (¿cuáles son las motivaciones del villano?) y unas escenas de acción bastante discretas (dadas las alegrías que el cine de super-héroes nos ha brindado recientemente) son la tónica general de una producción que apenas levanta el vuelo durante el fugaz cameo de Stan Lee, único momento cómico que realmente consigue hacerme esbozar una sonrisa. Y es que incluso los chistes del protagonista, ese Spider-man supuestamente bufonesco que tantas alegrías ha dado durante décadas a los lectores de tebeos, están tan mal escritos (y tan espantosamente doblados al castellano, añado) que el personaje termina por caerme mal.

El villano de la función es en este caso el Lagarto, una de las némesis clásicas del personaje.

Habrá quien opine que esta última adaptación cinematográfica del lanzarredes neoyorkino es más respetuosa con el espíritu del material original. Habrá quien diga que los cambios introducidos en el nuevo guión alejan al film de la esencia del tebeo creado por Lee y Ditko en 1962. A mí esta cuestión me parece irrelevante ante una película tan aburrida, falta de carisma y definitivamente olvidable.

Si este desastre cinematográfico resulta ser el principio de una trilogía, conmigo que no cuenten para las secuelas.

(Y sí, hay escena post-créditos...)

(…pero es una mierda.)

6 comentarios:

Nemo dijo...

¡Oh, freaks del mundo que en cuanto veis un pijama en pantalla acudís en masa a las salas de cine, uníos!

David dijo...

A mí no me interesa mucho y no creo que vaya...vamos, estoy casi seguro a menos que me den la tabarra con "es muy buena" (que tú dices lo contrario), o me inviten.
Y el de la S de Snyder no es Superman, que le faltan los calzones rojos, me parece.

Jero Piñeiro dijo...

No vayas a verla, David. En serio, no vayas. Del "Man of steel" de Snyder no hablo hasta que no la vea (que la veré, claro, por esas razones que tan acertadamente esgrime Nemo, el tipo que se leería la "Super Pop" si tuviera el nombre de Robert E. Howard escrito en la portada), pero a priori me da mala espina... aunque eso no tiene nada que ver con los calzones.

David GB dijo...

Muy buenas, hago alto en mis viajes vacacionales para comentar tu reseña, que te veo muy activo en el blog y yo no escribo una entrada desde hace semanas (y empieza a darme cargo de conciencia).

Vaya por delante que si hay un superhéroe al que tengo cariño es Spidey, cuyas colecciones compré puntualmente durante 20 años hasta el "mefistazo", pero nunca he sido un purista ni he estado cerrado a reinterpretaciones siempre que se hagan con respeto y resulten válidas. En este sentido las pelis de Sam Raimi me parecieron más bien lamentables, con malos que parecían escapados de los Power Rangers (ese Duende Verde!), un casting que calificaré generosamente de desacertado (Tobey Maguire como Peter Parker, WTF!) y un cierre de trilogía sólo a la altura de lo peor del género (lease Lobezno Origen, todo lo de Schumacher, DD o los 4F). Bien es cierto que Spiderman2 era bastante potable, pero seguía estando muy lejos de aquellos sueños lúbricos que me provocó el guión escrito por James Cameron cuando le hicieron creer a finales de los 90 que él podría dirigir la peli del trepamuros (aún se puede encontrar el screenplay por Internet, con storybooks hechos por el fandom).

Y llegando a esta Amazing Spiderman, sólo puedo decir que me parece tan mala como las de Raimi, sólo que más artificial y menos pretenciosa. Garfield me parece mucho mejor Parker que Maguire, hay escenas que están mejor resueltas (el archiconocido asesinato de tío Ben o el rescate del chaval en el puente), pero hay otras que mueven al bochorno ajeno (la escena de las grúas, ¿de verdad?), las escenas de acción son de pena (hay directores que no se enteran de que los Wachowsky ya demostraron hace 10 años que acción CGI no es sinónimo de primeros planos embarullados) y el guión es torpe como él solo. Sólo la salva que no se vuelve aburrida hasta el último tercio, lleno de giros absurdos y situaciones forzadas.

En fin, tan mala como las anteriores, pero de otra manera. Y como conclusión la misma que saco cada vez que voy al cine últimamente: desde hace 10 años el mejor cine se hace en TV (quién nos lo iba a decir).

PD: me parece que voy a publicar este mismo comentario como reseña en mi blog :)

PD2: me ha encantado tu prólogo en el tomo de Neil Gaiman de ECC.

Jero Piñeiro dijo...

Ante todo, perdona mi retraso en responder, David. He estado unos días fuera y no he tenido acceso a internet.

En segundo lugar, muchas gracias por lo que dices del prólogo para ECC. Me alegro un montón de que te haya gustado :D

Y ya entrando en el tema de Spidey, yo reconozco que las de Raimi tienen muchos defectos pero que, para mí, consiguen transmitir buena parte del encanto de los tebeos en que se basan. Son infantiloides y un punto bobaliconas porque, por mucho que a veces nos cueste reconocerlo a los lectores, el propio concepto (y cómo se ha venido desarrollando durante muchos años) es bastante infantil y dramáticamente simple. Si uno se lee los Amazing de Stan Lee se dará cuenta que no son precisamente Dostoievski, y ése es el tipo de desenfado que las cintas de Raimi pretenden (según yo lo veo). A mí cualquiera de las tres anteriores (sí, incluso la 3) me parece bastante más entretenida que esta nueva versión "oscura y madura" (¿mande?) de un personaje que se merecía bastante (pero bastante) más. "Spider-man 2", de hecho, me parece una adaptación fabulosa y una película de cine infantil francamente divertida. Probablemente porque Raimi es un director cien veces más capacitado para este tipo de proyectos que Webb, que a mí particularmente me encantó en "(500) days of Summer" (peli que, según leo en tu blog, a ti no te gustó demasiado), pero que aquí no sabe manejar ni el ritmo del relato, ni el equilibrio entre drama y acción ni las escenas de ídem. Y eso que el principal problema no es suyo, que el pobre hombre hace lo que puede, sino del guión de mierda con el que le ha tocado lidiar. Total, que a mí me aburrieron una barbaridad los tres tercios de "The Amazing Spider-man", aunque estoy totalmente de acuerdo en eso que dices al final de tu comentario: salvo muy honrosas excepciones, el mejor cine de la última década se hace en TV.

Veremos qué se saca ahora Christopher Nolan de la manga...

David GB dijo...

Yo le tengo tanta fe a Nolan que estoy hasta preocupado, porque sé que en algún momento tendrá que equivocarse, nadie es infalible.