sábado, junio 11, 2011

Patrick y el lobo

"From the east to the south
I tongue the roof of my mouth
To new days of doubt without you
First gear, I face the trouble ahead
Final word has been said
Long distance spread between us

I tell myself to
Hold on, won’t be long
Till I grow through this struggle
Time to wake up, find my soul

Happy without you oh
(...)"


Patrick Wolf lleva ocho años buscando ese disco que lo entronice definitivamente como uno de los grandes nombres del actual panorama musical internacional, pero la hazaña se le ha venido resistiendo desde que inició su carrera en solitario con “Lycanthropy”, aquel esfuerzo de pop, folk y electrónica que ya auguraba una interesante trayectoria musical. Ahora Wolf vuelve a intentarlo con su quinto LP, “Lupercalia” (las alusiones lobunas son parte del personaje que el joven londinense ha ido construyendo en torno a su persona), y vuelve a quedarse a las puertas del éxito. “Lupercalia” es un disco estimable. Más luminoso y optimista que los precedentes (se dice que un nuevo amor en la vida de Wolf ha tenido algo que ver al respecto), se encuentra en un punto intermedio entre el David Bowie desenfadado y horterilla de “Modern love”, el Rufus Wainwright más pretencioso (el de la maravillosa “Agnus Dei”, pongamos) y la divertida frivolidad del último Brandon Flowers (no es que “Flamingos” fuese un gran álbum, pero sus temas salvables eran bastante más que salvables). Todo ello con un dulzón deje a Morrissey en el apartado vocal.


“Lupercalia”, que saldrá a la venta el próximo 20 de junio (pero que circula por la red desde hace un par de semanas, como manda la tradición de las filtraciones), posee unos cuantos cortes francamente apreciables (como lo fueran en el pasado “The libertine”, “The magic position” o “Hard times”): la inicial y bailonga “The city”, la ligera y pegadiza “House” (cuyos primeros acordes amenazan con plagiar a los penúltimos U2), la sensible “Armistice” o esa pedrada pop con hipertrofia de cuerdas que es “Time of my life” (nada que ver con la banda sonora de “Dirty dancing”), cuyos primeros versos pueden leerse al inicio de esta entrada. Pero, como ya ocurría en los discos precedentes del británico, el equilibrio brilla por su ausencia y algunos temas prescindibles se cuelan a traición en el tracklist para demostrar una vez más que Patrick Wolf es un gran compositor de singles pero un músico poco selectivo cuando se trata de dar forma a un conjunto, quizás demasiado convencido de que todo lo que toca se convierte automáticamente en oro. Igual le iría mejor publicando EP's o sacando un álbum cada cuatro años en lugar de cada dos (un mash-up con lo mejor de “The Bachelor” y de este “Lupercalia” habría dado, tal vez, en el centro de la diana). Con todo, disfrutemos de lo bueno de “Lupercalia”. Que haberlo, haylo.

2 comentarios:

Nemo dijo...

Oh, sí, la versión musical de Bastien Vivès. A todos los niveles.

Jero Piñeiro dijo...

A eso lo llamo yo matar dos pájaros (o dos entradas) de un solo tiro ;) Aunque, puestos a comparar, yo diría que Vivès me recuerda más a The XX: íntimos, tempranamente ensalzados y que a nadie dejan indiferentes...