sábado, junio 19, 2010

Hazañas bélicas

Ya lo decía Chris Martin: "no todo es Perdidos” (o igual yo lo he traducido mal, quién sabe). El caso es que, pese a que muchos losties auguraban una terrible sequía en cuanto a calidad televisiva tras el carpetazo definitivo a la que ensalzaban como “la mejor serie de la historia” y otras paridas semejantes (qué queréis que os diga, lo oigo y me da la risa), servidor no ha tenido que irse muy lejos para mejorar (¡y cómo!) su ración habitual de caja no-tan-tonta. Bueno, tampoco demasiado cerca, para ser honesto. Cual flashback de la serie de Abrams y Lindelof, en el último par de semanas retrocedí hasta el año 2001 para dar cuenta, que ya tocaba, de una de las producciones televisivas que más tilín me hacía desde hace tiempo, pero a la que por H’s o por B’s nunca conseguía hincar el catódico diente.

Hablo de “Hermanos de sangre” (genuflexión, por favor).


A estas alturas, y sobre todo teniendo en cuenta que en este 2010 la cadena HBO (responsable de la serie que hoy nos ocupa) ha estrenado una nueva superproducción bélica titulada “The Pacific” (para más señas seguid al conejo blanco hasta la madriguera del tito Charlie), mi flirteo no consumado con “Hermanos de sangre” empezaba a ser incluso molesto. Así, en los últimos días, aprovechando que mis menesteres literarios me habían conducido hasta el corazón mismo del nacionalsocialismo alemán, me pareció que era un momento perfecto para verme del tirón, sin prisa pero sin pausa, los diez episodios que componen esta maravilla producida por Steven Spielberg y Tom Hanks.

La primera asociación mental que le viene a uno a la cabeza al encarar “Hermanos de sangre” (“Band of brothers” en su versión original) es, inevitablemente, “Salvar al soldado Ryan”, esa fantástica película de guerra (en efecto, dirigida por Spielberg y protagonizada por Hanks) que estableció para siempre en el pensamiento colectivo la imagen definitiva del desembarco en Normandía de las tropas aliadas.

Pues bien: “Hermanos de sangre” es todo lo que “Salvar al soldado Ryan” no pudo ser por pura cuestión de metraje y desarrollo dramático. Aprovechando que la televisión ofrece la posibilidad de expandir sin apenas restricciones la historia personal de cada uno de los protagonistas y que el sistema de narración por episodios permite ahondar más profundamente en aspectos que quizás en tres horas de celuloide no pueden tocarse más que superficialmente, la miniserie de la HBO regala al espectador no sólo un derroche de medios técnicos como jamás se habían visto hasta entonces en la pequeña pantalla, sino también una historia con muchos más matices y claroscuros, que ofrece una visión más rica y compleja de lo que supuso la II Guerra Mundial en el frente occidental y que, por encima de todas las cosas, desarrolla una empatía desbordante entre personajes y televidente.


Dichos personajes, por cierto, son los soldados de la compañía Easy, reclutas de la brigada de paracaidistas que saltaron sobre Europa en el Día D y que, a lo largo de casi dos años, combatieron en algunas de las batallas más sangrientas y peligrosas de la II Guerra Mundial (incluyendo el gélido infierno de las Árdenas). Liderada por Richard Winters (un sobresaliente Damian Lewis, quien posteriormente protagonizaría la serie “Life”), la compañía Easy sufrió más bajas que ninguna otra a lo largo de la guerra y pasó a la historia por su heroicidad y entrega (lo cual, dicho así, suena cursi y tipicón, pero en vista de los hechos me parece una definición perfecta para su comportamiento en combate).


La serie comienza de forma sobria y sosegada con un primer episodio de presentación (necesario por otro lado) que no da, en absoluto, la medida de lo que aún está por venir. Poco a poco, de forma apenas perceptible, con el paso de los primeros capítulos uno va familiarizándose con el rostro de cada uno de los protagonistas hasta que, mediado el trayecto, se descubre sufriendo cada baja como la muerte de un amigo y celebrando interiormente cada victoria como si fuera un asunto estrictamente personal. Durante las diez horas que dura “Hermanos de sangre” el espectador se convierte progresivamente en un miembro más de la compañía Easy y siente frío cuando sus compañeros de armas duermen al raso en los nevados bosques de Bastogne y se estremece cuando Doc Roe es incapaz de salvar, con sus exiguos conocimientos médicos, a un camarada mortalmente herido en combate. El punto de no retorno llega con el (soberbio, redondo, pluscuamperfecto) episodio 9, titulado “Por qué luchamos”, en el que servidor sintió cómo el corazón se le hacía añicos al tiempo que las caras de sus hermanos de sangre se desencajaban en pantalla ante el más horrible de los descubrimientos. A partir de ahí, lo juro, los minutos de serie restantes (incluyendo el décimo y último capítulo) fueron un no parar de emocionarme, erizárseme el vello de todo el cuerpo y secarme continuamente las lágrimas que salían de mis ojos a borbotones. Creo que nunca un programa de televisión me había hecho sentir tantas cosas y con tal intensidad como lo ha conseguido “Hermanos de sangre”.


Descuidad, no se me acaban aún los elogios: la música de Michael Kamen es maravillosa (ya en los últimos episodios, cada vez que sonaba la sintonía del opening empezaban a humedecérseme los ojos de forma totalmente involuntaria); la cinematografía, tratada de un modo muy similar a cómo Janusz Kaminski fotografió la guerra en la mentada “Salvar al soldado Ryan”, monumental; los efectos especiales, apenas afectados por el paso del tiempo (conviene recordar que la serie tiene ya casi una década a sus espaldas) están aún hoy a años luz de lo que habitualmente podemos ver en televisión; los actores están todos magníficos; la planificación visual de las escenas de acción es un deslumbrante despliegue de sabiduría narrativa y los diálogos son tan naturales, precisos e inteligentes que en ocasiones uno se olvida de que han salido de la pluma de un grupo de guionistas y no son, simplemente, lo que aquellos soldados dijeron en aquel preciso momento y aquel preciso lugar.


“Hermanos de sangre” es, en resumen, una serie de diez. A la altura de mis admiradísimas “The Wire” y “Los Soprano” (ya veis, palabras mayores), dejando a “Six feet under” (destronada desde hoy de mi particular top 3 televisivo) a un par de metros bajo tierra y sacándole varios cuerpos de ventaja a otras producciones tan recomendables como “Deadwood”, “Dexter” o la tan cacareada “Lost”.

No se trata de una serie simplemente recomendable. El visionado de “Hermanos de sangre” es, para todos aquellos a los que les gusten bien las series de televisión, bien las narraciones de género bélico o bien, sencillamente, las grandes historias facturadas en un envoltorio de lujo, un asunto directamente imperativo.

Lo diré, pues: obra maestra.

8 comentarios:

Home de xeo dijo...

Mmmm Pues a ver si saco tiempo y le doy una oportunidad. No es un género que me entusiasme, pero "Salvar al soldado Ryan" (que hay que ver en que condiciones la vi la primera vez, jajaja) me flipó.

Por cierto. Esta tarde me vi "The Road". Creo que no tienes ningún post despellejando la película, aunque si del libro; el cual tengo muchas ganas de leer.

La película me gustó, y eso que esperaba encontrarme con algo muy diferente...Supongo que ya sabes a que me refiero. Tengo la impresión de que el libro me va a encantar...

Esto...¿Me lo dejas? jajajaj

Jero Piñeiro dijo...

Xeo: saca tiempo, te lo ordeno. Es una pasada y lo vas a flipar, ya verás.

Aún no he visto la adaptación de "The Road" pero tengo entendido que es bastante fiel al libro. Que, como ya sabes, me había gustado bastante. Por supuesto que te lo dejo ;) Recuérdamelo cuando quedemos en Santiago que lo tengo allí.

charlie furilo dijo...

Genuflexión, reverencia (y lo que haga falta) para una auténtica obra maestra. Totalmente de acuerdo en todo lo que dices. Yo la vi hace ya unos años y me pareció acojonante y sobrecogedora (de hecho, tanto di la brasa con ella, que me regalaron los DVDs originales, algun dia le volveré a dar un repaso). Y eso que antes me había leido el libro de Stephen Ambrose en que se basa la serie (que me encantó por cierto), y me conocía la historia, asi que se perdía un poco el elemento sorpresa (el resultado de las batallas libradas por la 101 aerotransportada, los personajes, las bajas...). Aun con todo, está tan bien hecha, es tan buena, que me dio igual. Magnífica e imprescindible.

¿""Lost" la mejor serie de la historia"? JA, JA y JA. Cuantas tonterías dice la gente...

Por cierto, XEO haznos caso y saca tiempo para ver "Hermanos de Sangre". Merece la pena. Si te gustó "The Road" (a mi me flipó), el libro te gustará aún más. Es acojonante.

Lamasthu dijo...

Hermanos de Sangre me la han recomendado encarecidamente. Lo que pasa es que estoy en un momento en que este tipo de historias no me acaban de llamar la atención. Al género bélico me refiero. La única excepción que he hecho en los últimos tiempos ha sido Malditos Bastardos y casi que para mi no es del género exactamente. Pero haber si la veo algún día que interés tengo.

Jero Piñeiro dijo...

Charlie: yo la vi gracias a un amigo que me prestó los DVD's. Fue una suerte contar con el audio original, aunque los subtítulos me han parecido algo imprecisos (sea como fuere, siempre será mejor eso que verla doblada). Yo estoy planteándome seriamente el mirarme la edición en Blu-Ray (ahora que mi ordenador tiene reproductor de ídem y que, qué demonios, va siendo hora de dar el salto de formato). Creo que antes de ver "The Pacific" voy a dejar un tiempo prudencial para no mezclar churras con merinas y salir desencantado de la nueva serie. No quiero ser injusto con ella y establecer comparativas que, quizás, sólo sirvan para estropear lo que de otro modo se promete como diez horas más de emoción y buen cine. Además, esta semana mi hermano se va a dejar caer por Madrid con los DVD's de la 3ª temporada de "The Wire", ju ju jur...

Mythos: a mí personalmente me gusta bastante el género bélico, aunque reconozco que la II Guerra Mundial es un asunto bastante sobreexplotado y que ha dado tanto cintas irrepetibles como tostones de lo más olvidable. Como decía hace un rato en tu blog, a mí "Malditos bastardos" no me parece una cinta del ramo en absoluto. Tiene todas las características de un spaghetti western, por mucho que los malos sean nazis y los "buenos", los aliados. Con todo, aunque el tema no figure entre tus predilectos, te recomiendo encarecidamente el visionado de "Hermanos de sangre". Con cierta paciencia, además: se tardan dos o tres capítulos en pillarle el ritmo y engancharte realmente con la trama. Luego, eso sí, es un auténtico carrusel de emociones. Y técnicamente es de lo mejorcito (sino directamente lo mejor) que he visto nunca en televisión.

charlie furilo dijo...

Me parece una muy buena idea que dejes pasar un tiempo para acometer el visionado de "The Pacific", para evitar comparaciones...

Por otra parte, ya contarás que tal la 3ª de "The Wire". Hay varios momentos míticos en la serie....

Jero Piñeiro dijo...

No estoy muy seguro de ir a hacer reseña de cada temporada de "The Wire". Para estar todo el rato repitiendo que me pone palote y que es la polla mejor me espero a ver la 5ª y doy una opinión general, jeje...

Jesus dijo...

Puff la vi hace unos años ya la de hermanos de sangre y la verdad que es una de las mejores peliculas/series del género, una pasada. Ahora me estab empezandoa ver pacific y la verdad es que me esta gustando tambien.
Saludos desde el sur :)