domingo, marzo 14, 2010

Communism 'N' Roll

Resulta difícil de creer que, con lo bien que lo paso siempre que voy al teatro y con la enormes posibilidades que la ciudad de Madrid ofrece al respecto, no haya sido hasta esta semana que haya acudido a ver una representación de este tipo. Sería casi imperdonable si no fuera porque un servidor no podría haberse estrenado en la temporada teatral con mejor pie. La obra elegida fue “Rock’n’Roll”, una producción del Teatro Lliure dirigida por Álex Rigola y representada en el Matadero de Legazpi.


Ya expliqué hace un tiempo que, al contrario que en otras materias como el cine o los comics, mi capacidad crítica en el ámbito teatral carece de unas mínimas herramientas de juicio, así que no debe tomarse mi reseña por algo más de lo que realmente es: la opinión de un profano.

Dicho esto, contextualicemos: “Rock’n’Roll” representa un libreto de Tom Stoppard, dramaturgo con una trayectoria bastante impresionante que incluye obras como “Rosencrantz y Guildenstern han muerto”, “Realidad” o “La costa de Utopía”, así como los guiones cinematográficos de “Brazil”, “El imperio del sol” o “Shakespeare in love” (por el cual ganó un Oscar). Servidor, por cierto, fue a ver “Rock’n’Roll” por recomendación de su acompañante, quien hacía poco había podido disfrutar de “Realidad”, interpretada por Javier Cámara y María Pujalte (entre otros) en el teatro María Guerrero, y se había quedado con ganas de más Stoppard.


“Rock’n’Roll” transcurre a caballo entre Praga y Cambridge entre los años 1968 y 1990 y narra la caída del régimen comunista checoslovaco (siempre pasivo ante los cambios de timón provenientes de Moscú) en paralelo al ascenso meteórico del Rock como una revolución social y la casi-divinización de sus más emblemáticas personalidades, haciendo hincapié en el caso del malogrado Syd Barrett, alma máter de los primeros Pink Floyd (los del psicodélico y fascinante “The piper at the gates of dawn”).

Combinando humor y drama, referencias a la cultura clásica (resulta fundamental la figura de la poetisa Safo de Lesbos), toneladas de filosofía política, espionaje, un poco de romanticismo (y otro poco de anti-romanticismo, ya puestos) y un buen puñado de himnos de la música pop (que van desde el “Pow R. Toc H.” de Pink Floyd hasta el “Start me up” de los Rolling Stones pasando por el “Break on through (to the other side)” de The Doors, el “I still haven’t found what I’m looking for” de U2 o incluso un anacrónico “We’ll meet again” de Vera Lynn), “Rock’n’Roll” resulta una obra divertidísima, que no decae en ningún momento de sus casi 3 horas de representación y que consigue que el espectador, al menos en mi caso, ponga a trabajar sus neuronas al 110%.


Mención especial merece el reparto, encabezado por un fabuloso Lluís Marco (los cinéfilos lo recordarán por, entre otras cosas, haber prestado su voz a Adolf Hitler en la versión doblada al castellano de la soberbia película “El hundimiento”) como Max, un teórico del comunismo nacido con la Revolución de Octubre que al llegar a su vejez comienza a plantearse que quizás todas sus creencias hayan estado sustentadas en una enorme e incorregible equivocación. También Ana Otero como Eleanor, Irene Escolar como Alice o Félix Pons como Ferdinand están estupendos en sus respectivos roles, sólo ocurriéndoseme un pequeño “pero” que ponerle a este gran plantel de actores: el giro grave y algo afectado que la interpretación de Joan Carreras otorga al personaje de Jan en los últimos compases de la obra no ha terminado de convencerme (aunque hay que decir que hasta ese momento su actuación me estaba pareciendo magnífica).


Concluyendo: me lo he pasado como un enano con esta “Rock’n’Roll” y he recordado (una vez más) por qué debo acudir más a menudo al teatro (quizás en lugar de ir tanto al cine, que la mitad de las veces salgo decepcionado y con las palomitas atragantadas).

Una experiencia totalmente recomendable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sabes que los plastic people of the universe existen de verdad? Tengo curiosidad ( es una indirecta...) lync

Jero Piñeiro dijo...

Dicho y hecho, compadre ;)