miércoles, febrero 11, 2009

Lo que el Boss te da, el Boss te lo quita

“(...)
Have you ever seen a scarecrow filled with nothing but dust and wheat?
If you've ever seen that scarecrow then you've seen me
Have you ever seen a one-armed man punching at nothing but the breeze?
If you've ever seen a one-armed man then you've seen me

Then you've seen me, I come and stand at every door
Then you've seen me, I always leave with less than I had before
Then you've seen me, bet I can make you smile when the blood, it hits the floor
Tell me, friend, can you ask for anything more?
Tell me can you ask for anything more?
(...)"


[Los fans del Boss somos como una secta. Haga lo que haga nuestro amado Bruce siempre lo recibiremos con una sonrisa. Cuando yerra, siempre se lo perdonamos. Siempre. “Working on a dream”, su nuevo trabajo, es un disco realmente flojo dentro de su discografía (igual que lo fue el anterior, editado en 2007, “Magic”). Si el Boss tuviera la percepción pública de grupos como U2, Radiohead, Metallica o Coldplay, tras el lanzamiento de este álbum sus seguidores iríamos con horcas y antorchas a su casa de Nueva Jersey para capturarlo, trasladarlo al montículo más próximo y allí prenderle fuego en una enorme pira. Pero no la tiene. Bruce Springsteen está más allá del Bien y del Mal (se lo ganó con “Born to run” y después de eso no hay vuelta atrás), y siempre encuentra un buen argumento para que nosotros, sus fieles, encubramos errores tan abultados como “Surprise, surprise” (undécimo corte del nuevo disco, altamente prescindible). Esta vez los argumentos son dos: “Outlaw Pete”, pseudo-plagio del “I was made for loving you” de Kiss combinado con el tema "A man with a harmonica" de “Once upon a time in the west” de Ennio Morricone (no me lo invento, escuchadlo aquí si no me créeis), que bien podría ser su mejor canción en la última década; y esta “The wrestler” cuyos versos abren la entrada y que forma parte de la banda sonora de la película homónima dirigida por Darren Aronofsky (a la que le tengo unas ganas enormes… y no sólo porque le haya brindado a Mickey Rourke la ocasión de optar al Oscar como mejor actor principal). Una maravilla de canción que además nos recuerda que “de aquellos Dylans vinieron estos Springsteens”. Y el Boss, a punto de caer en la decepción, consigue de nuevo nuestro perdón y nuestra sonrisa.]

1 comentario:

El chache dijo...

Aun no he escuchado el ultimo disco, pero si, dicen que es bastante flojete.
Un saludete