martes, junio 10, 2008

Prendido a tu botella (no tan) vacía

“Gracias le doy a la Virgen,
gracias le doy al Señor
porque entre tanto rigor
y habiendo perdido tanto
no perdí mi amor al canto
ni mi voz como cantor”


Así terminaba la interpretación de “Estadio Azteca” en el concierto que Andrés Calamaro ofreció el pasado sábado en el Recinto Ferial de Pontevedra. Fue un recital discreto en su ejecución (no es Calamaro, según he comprobado las dos veces que lo he visto actuar, un monstruo del directo), pero con un repertorio tan amado por su devoto público que cualquier limitación técnica y humana (como el estado bioquímico del cantante argentino) se vio superada por una muchedumbre entregada y unas letras que por sí solas se bastan para darle a uno una noche de las que no se olvidan. Y si acaba con churros y chocolate, pues tanto mejor.

Mucho ojo, eso sí, con los teloneros Le Punk. Vinieron regalados pero dejaron una muy buena impresión entre los asistentes…

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