lunes, diciembre 03, 2007

Don't stop me now

La fiesta por antonomasia de los excesos la celebró Queen para el lanzamiento de su disco Jazz el 31 de octubre de 1978, en el Hotel Fairmont de Nueva Orleáns, tras el tercer concierto de su gira estadounidense de aquel año. 400 invitados, entre los que se encontraban 80 periodistas traídos de todas partes del mundo, fueron conducidos a la orgía de sus vidas, que no reparó en ningún tipo de gastos y que se dio en llamar Sábado Noche en Sodoma. Un grupo de enanos recibía a los asistentes con bandejas de cocaína en sus cabezas importada directamente de Bolivia. Camareros y camareras desnudos servían todo tipo de alcohol, langostas, ostras, el mejor caviar...

Entre las distracciones, modelos que peleaban en baños de hígado crudo, enormes mujeres de color que fumaban por los orificios más impensables, artistas desnudos de ambos sexos colgados de grandes jaulas, guerreros zulúes, contorsionistas, bailarines transexuales, brujos, come-fuegos, encantadores de serpientes, una mujer que se ofrecía para decapitarse a sí misma con una motosierra a cambio de una suma elevada, un hombre que desnucaba gallinas vivas a mordiscos... y en los servicios, profesionales de ambos sexos prestando "servicios orales" a todo aquel que se lo pidiera. Como dijo Freddie Mercury - y la fiesta se encargó de certificar-, "no voy a ser una estrella, voy a ser una leyenda".

(Fino catalino, este señor Mercury. Lo leí en un blog no oficial de Queen, así que no puedo afirmar la veracidad de la información).

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