sábado, noviembre 04, 2006

"Esto es Halloween, esto es Halloween..." (pronunciese entonando la deliciosa musiquilla de Danny Elfman)

Lo necesitaba. Después de meses sin pisar la calle con “animus nocturnus desfasandi”, ayer dejé que los espíritus del Walpurgis me poseyeran y, convenientemente ataviado tras una improvisación caída de cielo a la 1:00 a.m. (gracias a Álvaro, que nada tiene que envidiar a Mortadelo como maestro del disfraz), salí para darlo todo.

Allí estábamos Jesucristo karateka (uno de los disfraces más grotescos de los que tengo constancia), los zombis de Barcelos y la niña con herida en el cuello (a falta de una definición mejor), bailando y riendo y pasando de todo.

Casi seguro conoceréis una máxima filosófica anónima que circula por internet promulgando:

“Work like you don’t need the money,
love like you’ve never been hurt,
live like there’s no tomorrow,
dance like no one is watching”


Así fue mi Halloween y, cago en to, que bien me lo pasé.

(Quizás la parte de amar como si nunca te hubieran herido la deje para otro día en que no parezca que me hayan cocinado una pizza en la cara…)

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