jueves, septiembre 28, 2006

Sobre mi futuro inmediato

Acabo de ver las notas del examen de acceso a la Escuela de Artes y Oficios Pablo Picasso. Concretamente para el ciclo superior de Ilustración. Me han admitido, así que durante los próximos dos años estaré irremediablemente unido a la ciudad de A Coruña, yendo a clase de lunes a viernes y, espero, aprendiendo a convertirme en un dibujante e ilustrador que pueda mostrar (y vivir de) sus trabajos orgulloso el día de mañana.

Me alegro de volver a la vida de estudiante…

(…falta por ver cómo serán las clases, y los profesores, y mis compañeros, y si estoy motivado, y si no acabo palmando dos días sí y uno no… pero vamos, que me alegro).

En Pontedeume con Barragán

No es que yo sea un gran futbolero. Veo algún partido (sobre todo durante el Mundial, que sí me gusta bastante), pero desde hace años no sigo tenazmente la liga ni estoy muy al tanto de los últimos fichajes. Resulta curioso, por tanto, que el martes me pasease por mi pueblo natal con una de las últimas adquisiciones del Deportivo de La Coruña, el lateral Barragán, recién llegado del Liverpool.

El jugador nació también en Pontedeume hace 19 años, pero al año y medio se fue a vivir a Sevilla, de donde son oriundos sus padres. Lo que yo no sabía es que éstos eran íntimos amigos de mis antiguos vecinos, que a su vez son amigos de mi familia desde que tengo memoria. Es más, los padres de Barragán pasaron un fin de año en mi casa cuando aún vivían en el pueblo (aunque de esto me enteré hace tan sólo unos días, pues por aquel entonces yo debía tener tres o cuatro años, a lo sumo).

Así que cuando el jugador fichó por el Depor, Guille, uno de mis mejores amigos y redactor estrella del diario Depor Sport, vio la oportunidad de hacer un reportaje sobre el jugador en su pueblo natal, y me pidió ayuda para que les hiciera de guía.

Allí nos fuimos.

Y la verdad es que el chaval me ha caído bien simpático. Algo tímido, humilde y muy paciente durante la rocambolesca sesión de fotos, me pareció todo lo contrario a esa imagen frívola y narcisista que uno por defecto forma en su cabeza en torno a las estrellas del deporte (y más en un deporte tan frívolo y narcisista como es, últimamente, el fútbol). Ojala todo le vaya bien y le dé pronto alguna alegría al club coruñés (que buena falta le hace).

Quien sabe, quizás en unos añitos lo veamos vistiendo la camiseta de la selección española absoluta…

El mendas Vs. los niños

Ha salido bien. Esos pequeños bastardos me atacaron con todo lo que tenían a mano, intentaron humillarme, doblegar mi voluntad y someter mi arrojo. Pero, ah, con buen enemigo se las veían. No cedí ni un palmo y al final, gracias a mi astucia y mi superioridad táctica, la hora y media de clase pasó en un suspiro sin mayores incidencias, y hasta conseguí explicarles la regla anatómica de las siete cabezas.

Eso sí, la sesión de ayer me ha vuelto perfectamente consciente de que los niños no quieren escuchar ni una sola palabra sobre lecciones teóricas. Tan sólo quieren que les deje dibujar y que escuche lo que ellos tengan que decir. Y sus padres, perderlos de vista durante un rato por la tarde.

Pese a todo, estoy satisfecho con esta primera clase. Y además, una de las niñas dijo que yo era guapo (y me comparó con el capitán Jack Sparrow). Bueno, y otra señaló que el lunar de mi mejilla derecha parecía un grano asqueroso… Dos versiones bien distintas de lo brutalmente sinceras que pueden ser estas pequeñas y letales criaturas.

lunes, septiembre 25, 2006

Pelín acojonao

Esta tarde empiezo a dar clases en un taller de dibujo y comic en A Coruña. No fue algo premeditado. El anterior profesor del taller, compañero de trabajo de mi amigo Juan, vio unas páginas de mi primer (y hasta ahora último) comic y comentó que él había tenido que dejarlo por incompatibilidades con el horario de su otro trabajo, así que el puesto estaba libre. Juan me llamó (gracias, tío) y me habló del tema. Vamos, que me cayó un poco del cielo.

Aún sabiendo que no va a ser un trabajo excesivamente duro (o eso espero) y que el tema me apasiona, cuanto más se acerca el momento de ponerme ante mis nuevos alumnos, más nervioso me siento. ¿Por qué? ¡Porque son niños!


Hasta donde yo sé, voy a impartir el taller a una decena de personas cuya edad oscilará entre los 8 y 12 años.

Ya sabéis lo que opinaba Alfred Hitchcock sobre trabajar con niños en sus películas.

Por mi parte, nunca he tenido problemas con ellos. De hecho, tenemos una especie de pacto de no agresión. Yo no les toco los bemoles a ellos y ellos suelen ignorarme. Hay (agradables) excepciones, pero reconozco que no soy la clase de tío al que le gusta estar entre peligrosos caníbales rabiosos de metro treinta, hiperactivos por naturaleza y letales a la hora de juzgarte, incapaces de cubrir su mirada inquisitiva con la hipocresía que los adultos ya tienen más que aburrida gracias a las convenciones sociales y las “buenas maneras”. Los niños no fingen si no les caes bien, o si les aburres, o si les pareces un pringado. Pueden oler tu miedo, ¿sabes?

Así que rezo a todos los dioses aztecas y mayas para que me toque ser el profe de una suerte de inadaptados sociales, tímidos pese a su ilimitada imaginación, marginados por sus gustos frikis y malos deportistas por definición que aceptarán sumisos mis consejos y se mostrarán ilusionados ante mis propuestas de trabajo.

Vamos, como yo cuando tenía 10 años.

Arte

“El artista es el creador de cosas bellas. Revelar el arte y ocultar al artista es la finalidad del arte.
El crítico es el que puede traducir de un modo distinto o con un nuevo procedimiento su impresión antes las cosas bellas.
La más elevada, así como la más baja de las formas de crítica, son una manera de autobiografía. Los que encuentran intenciones feas en cosas bellas están corrompidos sin ser encantadores. Esto es un defecto.
Los que encuentran bellas intenciones en cosas bellas son cultos. A éstos les queda la esperanza.
Existen los elegidos para quienes las cosas bellas significan únicamente belleza.
Un libro no es, en modo alguno, moral o inmoral. Los libros están bien o mal escritos. Esto es todo.
La aversión del siglo XIX por el Realismo es la rabia de Calibán viendo su cara en un espejo.
La aversión del siglo XIX por el Romanticismo es la rabia de Calibán no viendo su propia cara en un espejo.
La vida moral del hombre forma parte del tema para el artista; pero la moralidad del arte consiste en el uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada. Hasta las cosas ciertas pueden ser probadas.
Ningún artista tiene simpatías éticas. Una simpatía ética en un artista constituye un amaneramiento imperdonable de estilo.
Ningún artista es nunca morboso. El artista puede expresarlo todo.
Pensamiento y lenguaje son para el artista instrumentos de un arte.
Vicio y virtud son para el artista materiales de un arte.
Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, la profesión de actor.
Todo arte es, a la vez, superficie y símbolo.
Los que buscan bajo la superficie, lo hacen a su propio riesgo.
Es al espectador, y no a la vida, a quien refleja realmente el arte.
La diversidad de opiniones sobre una obra de arte indica que la obra no es nueva, compleja y vital. Cuando los críticos difieren, el artista está de acuerdo consigo mismo.
Podemos perdonar a un hombre el haber hecho una cosa útil en tanto que no la admire. La única disculpa de haber hecho una cosa inútil es admirarla intensamente.
Todo arte es completamente inútil.”

Prefacio a El retrato de Dorian Gray (por Oscar Wilde, of course)

Reaprendiendo a amar la lluvia...

…que es lo que nos queda a los que vivimos en Galicia. Dice Sabina que el Otoño dura lo que tarda en llegar el Invierno, y yo digo que tal vez eso sea cierto en Madrid, o dondequiera que él pase sus días, porque en las Rías Altas sólo se conocen dos estaciones: Primavera (con dos semanitas de verano) e Invierno. Y ahora que empieza otra vez este último, acompañando a la vuelta a la normalidad (al cole, a la facultad, al curro o a lo que toque), y que los ánimos decaen un poco, vuelve el Tronante a traer cielos ceniza y lluvias por doquier.

Así que ya podemos volver a encariñarnos con la lluvia, o se nos hará muy largo el Invierno en el fogar de Breogán…

domingo, septiembre 24, 2006

Unos dibujillos

Parte importante de las intenciones de hacerme este blog pasa por la posibilidad de ir colgando cada cierto tiempo los dibujos, diseños y trabajillos que vaya haciendo en mis ratos libres. Y, si alguien se anima, siempre puede pinchar en "comentarios" y dejar alguna crítica, consejo o lo que crea conveniente.

Para ir arrancando, empiezo con algunos dibujos a blanco y negro que hice durante la temporada que pasé de Erasmus en Burdeos. Fue un momento extraño de mi vida. Llevaba sin dibujar durante toda la carrera y de pronto sentí la necesidad de volver a intentarlo. Fue terrible enfrentarme de nuevo con el papel en blanco y darme cuenta que no sabía ni por dónde empezar... No seáis crueles, ¿eh?


Prison Break

Acabo de ver los dos primeros episodios de la nueva serie de La Sexta, y debo decir que, pese a que no es ni mucho menos una obra maestra, me ha sorprendido gratamente. Aún le falta garra y definir a los personajes (quizás los actores no ayudan demasiado a tal fin, porque en general tienen todos una considerable cara de palo), pero el tono y, sobre todo, las intenciones, me han parecido muy acertados. Además, esa trama conspiratoria de fondo que parece sacada de un buen guión de Brian Azzarello promete sorpresas.

Habrá que ver cómo evoluciona o degenera en lo sucesivo, pero por lo de pronto me han quedado muchas ganas de saber más.

Calvin y Hobbes

Quería empezar con buen pie en esto de recomendar cositas buenas a quienquiera que me esté leyendo, y aunque se trata de algo que resultará muy evidente para todos aquellos que ya conozcan este comic, no quiero dejar pasar la oportunidad de, como muchos otros antes que yo, dejar constancia de que "Calvin y Hobbes" es, probablemente, una de las creaciones artísticas más brillantes, inteligentes, emotivas y trascendentales de los últimos 50 años.

Para quien "comic" es sinónimo de infantilismo, vacuidad y niños gordos con granos llevando en sus cabezas esas horribles cintas ninja de "Naruto", deciros que hay más madurez en un tira de "Calvin y Hobbes" que en el 90% de lo que veis, oís y léeis a lo largo de cada día.

Porque su autor, Watterson, es uno de esos genios que hacen de la risa una terapia, que consiguen que lo entrañable no repita en el paladar y que lo imposible parezca fácil.

Pero es que, además, este hombre ha hecho algo que parecía impensable: al contrario que otros como Quino o Jim Davies, Watterson ha renunciado a explotar comercialmente a sus personajes, no vendiendo nunca sus derechos para hacer camisetas, muñequitos o series de animación, en un acto impropio de los mercantilistas tiempos en que vivimos, y siendo siempre consecuente con la filosofía de sus personajes, que tantas veces han criticado (siempre con humor) la prostitución del arte.

Tras diez largos años de publicar las andanzas de estos personajes en cientos de periódicos de todo el mundo, Watterson se retiró del comic para dedicarse a la pintura. Por más que los editores han intentado por todos los medios su regreso al noveno arte, la respuesta del genio siempre ha sido un "no" tan rotundo como definitivo. Ahora nadie sabe donde vive, y la última entrevista publicada al respecto de "Calvin y Hobbes" tuvieron que darla los padres del autor, declarando que ya estaba todo dicho y hecho.

Tal vez nos hayamos quedado sin uno de los autores más importantes de la historia del comic, pero es toda una satisfacción saber que "Calvin y Hobbes" nunca caerá en la mediocridad por la voluntad del poderoso caballero al que aludía Quevedo.

Con dos cojones, señor Watterson.

Primeras reflexiones

Es sábado y muy tarde. Para variar, acabo de cerrar mis conversaciones del Messenger para irme a la cama (como todos los fines de semana que me quedo en la casa parental) y me voy a dormir pensando que hoy ha sido uno de esos días que no recordaré dentro de un año o en siquiera unos meses, pero en el que he aprendido un montón de cosas:

-he aprendido a hacerme un blog (vale, ésta es muy obvia, lo sé)

-he aprendido que si de verdad quieres a alguien (un familiar, un amigo), no hay nada peor que sentirte inútil ante su tristeza

-he aprendido que a veces de un fracaso puede surgir algo mucho mejor que lo que uno buscaba en un principio

y, sobre todo,

-he aprendido que pasarme un día entero sin ver mi ración de la serie "Lost" provoca una punzante angustia en mi sistema nervioso. Soy un yonki. Adoro esta serie.


Buenas noches, principes de Maine, reyes de Nueva Nueva Inglaterra (Bender dixit).

sábado, septiembre 23, 2006

Aquí comienza...

...y no sé muy bien lo qué.

En lo sucesivo, intentaré escribir lo que se me vaya ocurriendo, colgar dibujos, fotos o lo que se tercie. Me gustaría saber por qué acabo de crear este blog, o qué pretendo contarle al mundo, o por qué creo que a alguien podría interesarle leer lo que escribo. Espero descubrirlo viniendo aquí a menudo y soltando lo que lleve dentro. Es responsabilidad de quien esté al otro lado de la pantalla decidir si soy aburrido, pedante, imaginativo o interesante. Hablaré de lo que me gusta y de lo que no, de mis proyectos, mis inquietudes, mis amigos y mis aficiones.

Los que me conocéis ya sabéis lo que podéis esperar de este blog: cine, música, libros, pajas mentales, días buenos y días malos, algún grito contra lo que está jodido en el mundo y espero que, de vez en cuando, unas buenas risas. Y comics, claro. Muchos comics. Estáis advertidos.

Supongo que escribo esto tan sólo para mí. Una parte de mi persona cree que ésta es una buena idea para conocerme un poco mejor. Quizás consiga descubrirme a mí mismo escribiendo cosas que ni siquiera sabía que necesitaba vomitar en palabras. Quizás este sea el abismo de mi interior, al que si miro fijamente, me sorprenda devolviéndome la mirada...